Otro de los juegos que pudimos ver en el E3 2013 fue la nueva edición de Pro Evolution Soccer. La saga ha sufrido un importante lavado de cara y apunta a su mejor versión en la actual generación de consolas. El partido que jugará ante FIFA 14 a partir del próximo otoño apunta a ser apasionante.
Había ganas, muchas ganas, de ver de primera mano el nuevo devenir tomado por la saga futbolista de Konami. La firma nipona había generado una gran expectación alrededor de PES 2014 en los últimos meses. Tras admitir los errores que habían llevado a la franquicia a perder el dominio del mercado frente a FIFA, la compañía se puso manos a la obra para hacer de la nueva edición la más completa en la actual generación, ya que recordemos que a diferencia de la próxima entrega del juego de EA Sports, solo saldrá al mercado para PS3, Xbox 360 y PC
A la par que se estrenaba el primer vídeo in-game del juego, Konami permitía disfrutar a los medios acreditados de una primera versión del juego en el E3 2013 de Los Ángeles. Al igual que en dicho vídeo y en la mayoría de las imágenes publicadas hasta ahora, Bayern de Múnich y Santos protagonizaron la demo jugable, en la que apreciamos las principales mejoras introducidas por los desarrolladores.
El aspecto gráfico del título es lo primero que llama la atención. Se aprecia un sustancial cambio respecto a la última entrega del juego, gracias principalmente al cambio en su motor, el Fox Engine. La sensación de movimientos mecánicos y artificiales de PES 2013 dejan paso a unas nuevas animaciones que mejoran considerablemente el título del estudio nipón. Todo parece mucho más real, aunque habrá que jugar más a fondo la versión final para ver si Konami acaba con algunos movimientos que siguen chirriando.
Respecto al ambiente alrededor de la partida se aprecia un mayor esfuerzo de la compañía, aunque queda en un segundo plano y un paso por detrás de lo que pudimos ver en FIFA 14. La prensa a pie de campo siguen pareciendo pasmarotes y los espectadores no destacan por el realismo en sus movimientos y reacciones. Se agradece, eso sí, el buen trabajo con bengalas o mosaicos para adornar las gradas. Lo que no pudimos apreciar es hasta qué punto este calor de la grada repercute en el rendimiento de los jugadores, tal como avanzó Konami.
Si bien la mayoría de críticas son positivas, otros aspectos llamaron nuestra atención en lo negativo. Por ejemplo, los porteros mostraron algunos fallos incomprensibles a la hora de intentar atajar balones, algo que ha sido denominador común en la franquicia y que en esta versión (por ahora) no se ha corregido del todo. Asimismo, echamos en falta algún detalle más innovador en las jugadas de estrategia, que acabarían siendo similares a las de anteriores episodios a la hora de sacar una mayor eficacia: centrar al jugador más potente por alto y buscar la suerte del gol. No hubiese estado de más alguna forma de personalizar más estas jugadas.
En cualquier caso, a pesar de los detalles negativos, hay que insistir en que el rumbo seguido en esta renovada edición es el correcto. Las sensaciones dejadas no desmerecen a las que nos aportó su gran rival, FIFA 14, el cual probamos en Xbox One, por lo que el duelo entre ambos a partir de septiembre será el más reñido en años.
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